«In this life, we want nothing but Facts, sir; nothing but Facts!», proclama Thomas Gradgrind en las primeras líneas de Tiempos difíciles. Es el anhelo de todos los entes de ficción, llegar a ser reales. Venderían ellos su primogenitura, el sentido que rige sus vidas en tanto que entes de ficción, con tal de vivir la nuestra, imprevisible siempre y a menudo errática y confusa.
Al revés de lo que le sucedió a Augusto Pérez, protagonista de Niebla, que viajó hasta Salamanca para implorar clemencia a su creador, Miguel de Unamuno, que había pensado dejarlo morir, el que lleva la batuta de estas páginas (que no s ...